Viaje a Praga


No es una guía de viaje, ni tan siquiera un viaje con alojamiento, más allá de la fábula. Ripellino se adentra en la literatura praguense, desde todos sus ángulos, creando una ciudad literaria de arena, donde el juego de las sombras se entremezcla con la realidad, escapándose la más de las veces entre los dedos. La ciudad y sus habitantes son un motivo literario, además de un entretenimiento onírico, la ciudad supera la imaginación; así es la capital Bohemia que nos muestra, el eslavista italiano en Praga Mágica. Utilizar sus páginas y sus anécdotas mezcladas con la realidad del paseo por sus calles nos traslada a la Edad Media, el Barroco, finales del siglo XIX y principios del XX, o simplemente tomamos unas cervezas con el soldado SVEJ  (Svej restaurant, en Kremencova 7) –uno de los pocos restaurantes con dieta sin gluten que hay en Praga--, creyendo escuchar algunas de las historias de su creador Joroslav Hasek junto al ilustrador Josef Lada.

La Praga de Ripellino está  presente en cada calle, los bares, cabaret, tugurios varios, en muchos casos han cambiado de nombre pero están ahí.  Sobre todo el Quinto Barrio: “por la noche confluían en el gueto los más fieros borrachines y puteros de Praga… Las callejuelas del Quinto Barrio –la judería- eran prolíficas en tabernas y prostíbulos… Tabernas humosas, que olía a moho y decrepitud…” (p. 174). Los turistas / viajeros / transeúntes de hoy se agolpan en los mil y un lugares que hay para apoyarse y pasar la tarde, la noche y acechar la madrugada, en los ácidos orines del absenta y la cerveza.

La ciudad mágica de Ripellino se articula en varios ejes: La Praga Rodolfina, la figura de Kafka, la literatura Golémica –Rabino Low-, el cementerio  las calles de la judería y Joroslav Hasek (el soldado Svej). Junto a una inmensidad de escritores, artistas –Arcimboldo-, contadores de historias, anécdotas, que se dejan ver en las obras de Bohumil Hrabal, Miroslav Hak, Komensky, Capec, J. Neruda, Meyrink….

Praga Mágica  se publicó en su versión italiana en los 70, Ripellino muere en el 78. La ciudad que nos muestra aún hoy sigue viva, en la gran cantidad de librerías, en la gran oferta cultural, en el escaparate constante en que se ha transformado la ciudad, en  sus autores e ilustradores como Pavel Cech, en la revisión constante de su historia en el siglo XX, la visión de los dibujos realizados por los niños del campo de concentración de Terezin y que se muestran en una exposición permanente, en una de las Sinagogas que se pueden visitar; en una vitalidad que se deja ver en ambas orillas del Moldova, y sobre todo en sus parques donde se puede parar uno a hablar contar, recordar o simplemente añadir historias a la historia.
Pero sobre todo es la capital bohemia, en las que Rodolfo, descendiente de Juana la Loca y educado con su tío Felipe II, la confirió una imagen ultraterrena y esotérica, que aún perdura en sus calles. Lo real es que la cultura española apenas se aprecia.

“El héroe principal de la dimensión mágica de Praga es el peregrino, el transeúnte… el vagabundo,… el caminante,… el errante, … el testigo.” (págs., 63).

El libro comienza: "aún hoy , cada madrugada, a las cinco Frank Kafka vuelve a su casa de la calle Celetna, con su traje negro y su bombín. Aún Hoy, cada madrugada, Joroslav Hasek, en alguna taberna, proclama ante sus compañeros de juerga que el radicalismo es dañino.... Praga vive bajo el signo de estos dos escritores." (p. 15)

No hay comentarios: